Es cierto: siempre afirmas callando lo que sientes;
no embridas la tristeza para esquivar su grito,
y al llanto que descubren tus lágrimas recientes
las alas que le brotan lo embriagan de infinito.
Se alargan como sierpes las sombras que censuras;
en cárceles de vida tus páginas se ahogan;
la soledad te acecha con trampas que apresuras
y, a punto de exiliarse, los sueños te interrogan.
Si, como Ulises, nadie serás mientras la noche
junto a tu piel desate las brumas de su coche,
¿qué buscas en las aguas que el cíclope maldijo?
Sobre la mar, infecta de Poseidones graves,
divísanse las velas henchidas de tus naves
y en Ítaca te aguardan Penélope y tu hijo.
1 comentario:
saludos poeta, me hizo recordar tu poema odiseo cuando mato al ciclope provocando la ira de poseidon, saludos hermano y mi maestro en el curso
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