La frente contra el muro
Piensas que no has de ser, como quisiste,
hacedor de algún verso perdurable
y, sin embargo, a la mudez palpable
que implicita el silencio, se resiste
la intolerancia de tu voz. Persiste,
como arraigada en ti, la inexorable
costumbre de buscar lo inatrapable
con que a la sed de un sueño te ofreciste.
Si un día te levantas y reniegas
de la opresión que sufres, cuando entregas,
después, algunas líneas al futuro
de la página en blanco, perpetúas
el afán primigenio y continúas
golpeándote la frente contra el muro.
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